domingo, 11 de febrero de 2018

Cavilaciones


A propósito de celebrarse próximamente el “Día del amor”, así, entre comillas y en negrita, he podido constatar cómo han cambiado los vínculos afectivos.
Y  veo entonces como se espera con ansia ese regalo, la velada especial, e incluso la declaración de amor que no ha llegado, y tal vez nunca llegará. Cuántas almas carentes naufragando en soledad en medio de una multitud arrolladora.
Cuántos sueños truncos, promesas incumplidas, amores marchitos e ilusiones fallecidas. Tantas personas muriendo de frio y soledad.

Qué ha pasado con el amor? Cuanto ha sido maltratado, herido, roto, abandonado, traicionado el corazón, que ha hecho que se esconda tras un muro inquebrantable, de relaciones fallidas, de amores a media tinta y de conveniencias negociadas?

Suerte que aún quedamos algunos bichos raros. De esos que amamos porque sí, que entregamos el alma, el corazón y a vida. De quienes buscamos hacer feliz y aquellos a quienes amamos.
Quienes no amamos para ser feliz, sino que somos felices y por eso amamos: para compartir la felicidad y lo que somos. Para ser compañero, cómplice , motor de sueños y colaborar para que el otro, quien camine a nuestro lado se convierta en su mejor versión junto a nosotros, aún a riesgo de luego que suceda se pueda marchar.

Quienes creemos en utopías y en milagros, quienes tenemos fe, sueños, quienes reímos hasta las lágrimas, jugamos como niños, disfrutamos el día de hoy como el mejor regalo y sentimos con el alma, la piel y los pasos.
Para todos los que como yo, que a pesar de los pesares, las traiciones, los adiós sin explicación, las separaciones  amando, seguimos confiando y somos capaces de volver a reparar el corazón, coser sus pedazos , reconstruirlo y  volver y seguir amando con todas sus cicatrices.

Amor que llegaste a mi vida
Y entraste sin avisar
No entendiste que prohibida
Tenia a mi alma amar.

Mas ¿cómo imaginar que serias,
Un hábil hacedor de sueños?
Un gran soplo de alegria
Y querer ser parte de mi sueño.

Opto por arriesgarme
A enseñarte y que aprendas a amarme
Quiero que tú, hombre de ojos chispeantes
Sientas mi libertad  y quieras  quedarte.

Risas e ilusiones a tu vida volverán
Y ahora que entras a mi vida sin remedio
Voy a enseñarte cómo el amor vence el tedio
Y cómo al amar de verdad tu alma y tu cuerpo de nuevo vibrarán.