Te comparto mi libertad…
Hace algunas semanas tuve el placer de pasar horas conversando con una persona querida. Con ese tipo de personas con las que el tiempo parece volar, los temas no se agotan, y la presencia se atesora. Y hablando de amor surgió este tema ya casi al final de la velada, y me comentó con voz seria, deberías escribir sobre eso. La verdad es que las pasadas semanas han sido un torbellino de emociones,y no es hasta hoy que me siento a pensar en el tema, el cual regreso a mi cabeza al escuchar esta canción.
Para quererte... hay que
entenderte, para amar tu soledad,
hay que sentir tu compañía... para
sentirte amor... hay que estar claro, hay
que vivir la intensidad de un corto beso cada día...
Para quererme... hay que
entenderme, para amar MI LIBERTAD
hay que encerrarse en mi
prisión... para decirme amor... hay que estar claro, se necesita mucho más que
una caricia en el rincón...
Y entonces empecé a escribir...
Donde se esconde la pasión cuando
la llama parece que se ha extinguido?
En qué pertinaz llovizna se escurren
tantas lágrimas de ausencia?
Como puede esconderse el amor detrás de una mirada indiferente?
De que sutil manera tantas
sonrisas esbozadas terminan con un dejo de tristeza casi imperceptible?
Por qué tantas historias de amor
mueren a pesar de amarse?
Que hace que aquellos amantes, aún amándose, se alejen y se instale la distancia hasta que
inevitablemente, de manera sigilosa, se aposta un final ineludible.
Lo que debilita el amor, lo
que hace que a pesar de amar, quiera el amante terminar con la vida del amor,
no es otra cosa que el miedo a perder la libertad personal. La angustia de
apegarse al ser amado y perderse en ese laberinto incomprensible.
Cuando aprendamos que amar, no
es poseer, porque nadie tiene a nadie, que seamos capaces de asumir que no
somos la mitad de nada, y comprender que
el “felices para siempre “ que soñamos, termina, que el ser humano tiene como parte
de la propia esencia de vida cambiar y ser diferente, QUE EL AMOR ES COMPARTIR MI LIBERTAD CONTIGO Y
COLABORAR PARA QUE CADA DÍA SEAS LA MEJOR VERSIÓN DE TI MISMO, y que amar es la conjugación de nuestras diferencias y el
respeto de la individualidad personal, entonces, solo entonces , el amor será capaz de
seguir su propio curso y florecer.
Y las relaciones ya no serán una atadura, sino un viento sutil, pero fuerte, que nos impulsa a volar , mil caricias inventadas, cientos de mapas de besos, horas interminables de conversación sin tiempo y una comunicación permanente de miradas capaces de expresar la vida misma... Por que cuando el amor se sustenta de la propia felicidad, entonces el ser amado deja de ser el objeto para convertirse en el sujeto que multiplica la felicidad sumando la suya, y así, los amantes no son mitades o partes que buscan completar sus carencias, son dos seres humanos plenos, libres, felices y conscientes de sus propias debilidades y fortalezas que deciden unirse para recorrer juntos un mismo sendero.. Ya muchos lo han expresado, amar , al igual que la felicidad no se encuentran, es una decisión, que se construye cada día.